Descripción
Después del terremoto ‘estaban a la mira’ más de 500.000 cadáveres y 1.500.000 heridos aplastados como carne para hamburguesa. Se veían ‘personas desmembradas como reses’. Los cuerpos destilaban sangre, brotaban los ojos, mostraban rictus de terror y mirada burlona.
El terremoto en Bogotá, fue una tragedia nacional e internacional; hubo fallecidos de todos los municipios de Colombia. Los dolientes necesitados de ataúd, preguntaban ¿Por qué tan caro el cajón?
En consecuencia del terremoto, Bogotá quedó sin servicios de electricidad, sin acueducto, sin alcantarillado, sin comunicaciones, sin hospitales, sin seguridad, sin cementerios y sin alimentos.
La realidad era espeluznante, “la tierra se tragó” kilómetros cuadrados de edificaciones en Bogotá.
Era doloroso, ver en las calles desalmadas a niños huérfanos, ancianos abandonados, parapléjicos ignorados y mujeres pariendo a la intemperie.
En aquel escenario lúgubre, se veían maestras histéricas, sollozando y cacheteando a niñas y niños muertos, y exclamando ¡Despierten mis angelitos! ¡Despierten mis angelitos!
¡Se contemplaban peluqueros enloquecidos cortando el cabello a los muertos! ¡Se observaban esteticistas maquillando cadáveres! ¡Se advertían barberos afectando a difuntos! ¡Se miraban velleras depilando a los fallecidos!
¡Se atisbaban mujeres perturbadas haciendo manicure y pedicura a los parientes interfectos! Se contemplaban mujeres y hombres enloquecidos, cargando, abrazando, mimando y reviviendo muñecas y maniquíes, pensando que eran familiares.